Cuidado con el canto. |
Ya sea que me hayan oído decirlo en Barroco Gaming o que se enteraran por otro lado, estoy seguro que algunos ya estarán familiarizado con el infame término de la “audiencia moderna”, una supuesta audiencia de incontables individuos que han sido ignorados por muchos entes económicos y a los que desesperadamente las empresas quieren capturar para convertirlos en sus fieles clientes; tan seguros están de su existencia que la infraestructura entera de los índices DEI se ha dedicado enteramente a complacerlos, al punto de llegar a prácticas discriminatorias de contratación y producción no nada más de medios, sino de varios sectores socioeconómicos e industriales también.
La mafia entera de las consultorías,
que tanto han estafado a la industria occidental del entretenimiento
electrónico, justifica su existencia haciendo alusión directa a dicha clientela,
van de evento a evento advirtiendo a las publicadoras que están ignorando a
toda una población de clientes potenciales, que de hacerles caso a sus demandas
podrán cosechar una inmensa fortuna; los fans previos palidecen en comparación
a la poderosa, influyente, inescapable e inconmensurable Audiencia Moderna con
mayúsculas y símbolo de marca registrada.
Dicen que esta clientela es infalible, según. |
Y sin embargo, después de años de
estar dedicando ofrenda tras ofrenda ante el altar de los septillones de
miembros que conforma la audiencia moderna, ni una sola vez se han apersonado a
comprar o consumir lo que se les produce. Ni uno solo de los grandes
experimentos para complacerlos ha sido redituable y no hacen más que terminar
humillando públicamente a sus creadores ante su previo público, al que
abandonaron con tanto desdén y apuro.
Como digo, esto no es un pequeño
experimento de pensamiento por el que se dejaron llevar segmentos económicos
completos, no fue una corrida productiva para probar las aguas y ver que esa
audiencia aparezca, han sido años de proyectos fallidos en favor de una
población que nunca jamás se ha presentado a contribuir económicamente a ellos.
La gente con sentido común tiene bien sabido que ese es el canto de la sirena,
y sin embargo un enorme potencial empresarial está entregado a un monstruo que
se come esos presupuestos sin dejar nada a cambio.
Con todo eso dicho, queda
entonces preguntarnos:
¿Quién es la
“Audiencia Moderna”?
¿QUIENES SON?
No creo que haga falta recalcar
que mi introducción ni siquiera puede describir a un miembro de la audiencia
moderna, pero eso no es un alarde literario mío para parecer más inteligente de
lo que realmente soy, es que en realidad es imposible encontrar una descripción
concisa, especifica y certera de cómo es que se ve un miembro de dicha audiencia,
y es por eso que me aventuré en mi propia búsqueda por saber quiénes son; al
mero estilo del capitán Ahab quise encontrar a la dichosa ballena blanca que es
audiencia moderna.
Ya que muchas discusiones al
respecto se llevan en internet, usé justamente ese medio para iniciar mi
búsqueda, y a pesar de ser el medio informático por excelencia sobre el que se
vierte todo el conocimiento del mundo, las primeras impresiones del buscador me
resultaron completamente inútiles.
Nótese que a la tercer sugerencia ya se sale del tema. |
Lo que ven aquí es el compendio automático que Google realiza cuando preguntas sobre cualquier tópico, desafortunadamente muchos de ellos se salen del mismo (incluso mencionando la sopa de pasta “la moderna”) y de los que están dentro del tópico pertenecen a discusiones coloquiales de la vox populi, no a una institución con respaldo académico que ofrezca una definición contundente.
Una búsqueda en inglés ofrece un
resumen generado más conciso, pero incluso con la puntualización de sus
cualidades, no tenemos una respuesta clara porque enumera características generales
que mucha gente, a lo largo de siglos de leer y saber de historias, tiene
respecto al consumo de medios. Lo voy a desmenuzar por puntos:
Me movio algunos de los puntos por alguna razon, bien raro. |
- Activa: La cualidad activa es por default, los medios no te llegan por si solos a las terminales nerviosas de tus sentidos, todo mundo necesita interactuar con el medio para intentar entenderlo y disfrutarlo.
- Selectiva: Lo mismo con la selección, si eres una persona a la que le interesa una historia de aventuras piratas, muy difícilmente puedo convencerte de ver “Orgullo Y Prejuicio”. Cierto, la gente tiene más de un tipo de intereses, pero tienden a gravitar a ciertas áreas de interés particular, lo que no les interese simplemente no lo consumen.
- Autentica: La autenticidad corresponde a la responsabilidad del creador, nadie se va a quedar a consumir lo que está mal hecho, independiente de los gustos; esto no es de nuestra era moderna, ha sido el estatus quo por generaciones.
- Conexión: Ciertamente no todas las experiencias son universales, obviamente la conexión será más fuerte en quienes conecten de una forma más visceral con los eventos de una obra, pero nuevamente insisto en que esto es una cualidad histórica, no empezó en la época de internet.
- Inclusiva: Tal vez ésta sea la cualidad más novedosa de la lista, pero hasta esa está pobremente definida, ¿Qué significa decir que algo es inclusivo? No lo digo desde el lente “woke” estereotípico, lo pregunto en serio, ¿inclusivo respecto a qué? Puedo leer La Divina Comedia a pesar de no ser italiano, puedo tomar una copia del Poema de Gilgamesh sin ser descendiente sumerio, tengo también El Ramayana sin tener parentesco con esos lejanos autores de la india; todo mundo tiene acceso a las obras de todo mundo, así que nuevamente pregunto, ¿inclusivo respecto a qué?
A pesar de tener el compendio de
una definición resumida, casi todas las cualidades de la supuesta audiencia
moderna ya son cualidades de toda audiencia, así que ciertamente seguimos sin
saber cómo es que se ve un miembro “moderno” de la misma. Adentrarse a las
demás preguntas solo confunde más la cuestión porque, como ya es motivo de
debate entre el público en general, la definición ha sido torcida por los
bandos opuestos que lo componen.
Por un lado, como expuse en la
introducción, quienes abogan por ellos usualmente los pintan como miembros
“socialmente conscientes” de la “cultura contemporánea”, interesados en temas
de justicia social, política progresiva y todas esas cosas con las que
conforman los tontos sermones a los que estamos tan mal acostumbrados; pero esa
definición por sí sola no resuelve la cuestión, esos son criterios apropiados a
cualquier persona izquierdista de corte progresivo, no te dice mucho de lo que
consume ni de sus preferencias personales.
¿es ésta la audiencia moderna? |
Los disidentes poco hacen por
disipar la confusión, cuando entras a los foros que hacen esa pregunta inevitablemente
los ves irse en tangentes de estereotipos: que si son zurdos progres
californianos de cabello pintado y tatuajes ridículos con lentes de hipster
cayéndose a sermones, todo mientras beben soylent y tapizan sus paredes con
funkos. Para este segmento la imagen ya está cementada, decir “audiencia
moderna” no es más que invocar compendios de estereotipos negativos
relacionados a sus enemigos percibidos, no es una medida objetiva y certera de
lo que es un miembro de dicha audiencia.
¿O es esta la audiencia moderna? |
Hasta este punto, lo único que ha
podido decirse con certeza de la audiencia moderna es que les gusta el
contenido “inclusivo”, sea lo que sea a lo que eso se refiera, y que les gusta estar consumiendo
medios contemporáneos de internet y/o las redes sociales. Desgraciadamente, eso
último es algo propio de todo el mundo, no nada más de una nebulosa masa de
gente que ni siquiera podemos definir, así que nada de esto es estrictamente
propio de la supuesta audiencia moderna.
La tragicomedia aquí es que todo
mundo sabe cómo se ve una sirena a pesar de que no existen mientras que, a
pesar de tanta súplica de parte de mafias incompetentes y agencias de Marketing
Gang respecto a la existencia sus incontables miembros, no es posible siquiera
definir la apariencia de uno solo de los miembros de la audiencia que pretendo
buscar.
¿EN DONDE ESTAN?
Bueno, si no podemos definirlos
adecuadamente con palabras, tal vez nos sirva buscarlos en su habitad natural o
en donde sea que se congreguen, probablemente así podremos dar con la certeza
de su apariencia y su existencia de una buena vez, ¿cierto? En ese sentido, un
punto de partida serán los dichosos proyectos de entretenimiento creados
exclusivamente para ellos, y ya que el año pasado fue prácticamente un
santuario comercial a su existencia, seguramente allí los encontraremos.
El año pasado, una de sus
catedrales principales erigidas enteramente a sus gustos fue la serie de Star
Wars “The Acolyte”, una serie que costó cerca de 200 millones de dólares nada más
para producirla. Capitaneado por Lesley Headland, se perfiló como el show
definitivo para esos gustos: completamente gay de cabo a rabo (según Lesley),
una historia “diferente” sobre el poder, encabezado por un elenco diverso de
toda raza y toda orientación sexual, hasta presentó modelos alternativos de
reproducción biológica para realmente ponerle toda la modernidad que la
audiencia moderna desea ver representada en medios.
"¡Hasta tiene a Lee Jung-jae! ¡nos mama escuid geim tambien!" |
Nuevamente lean las cualidades con las que se perfilaba este show, no estoy usando “catedral” de forma hiperbólica o sarcástica aquí, es prácticamente un compendio de todos esos términos, atributos y características que, supuestamente, tanto anhelan y desean ver los miembros de ese mercado. Siguiendo el mantra de “al cliente lo que pida”, esto debió ser una redefinición de los ratings y el medio por el que se sentarían tendencias; es un producto milimétricamente diseñado para esa dichosa e incontable clientela, así que ¿Dónde estaban?
Retornando a los videojuegos
aquí, un caso similar es el de Dustborn: una aventura donde valientes
revolucionarios progresistas de diversos tonos de piel, orientaciones sexuales
y tipos de cuerpos luchan contra la opresora, derechoide, mayoritariamente
blanca y policiaca entidad federal de la Republica Americana, completa con el
uso de tácticas y lenguaje propio de las trifulcas primermundistas de las redes
sociales.
Problemas Del Primer Mundo: El Videojuego. |
De nuevo, es un producto repleto
de lo que, supuestamente, engloban los gustos predilectos de la audiencia
moderna, aquí debió pararse una fila de clientes e incontables recomendaciones
para ellos, y sin embargo el juego apenas tenía 100 personas jugándolo simultáneamente,
en su lugar presentándose un sinfín de gente a burlarse de semejante desempeño.
Nuevamente hay que preguntar: ¿Dónde estaba la audiencia moderna?
La versión de un juego
multijugador para ellos vendría ser el infame Concord, de nuevo lo traigo a colación
solamente para una semblanza de sus diseños: personajes de rostros toscos pero
claro que de mucha diversidad racial, muy apegado al estereotípico dialogo
moderno californiano, tipos de cuerpos para todo tipo de “inclusión”, hasta los
personajes tienen pronombres preferidos. 400 millones de dólares invertidos en
un producto que fue cerrado tras 12 días de actividad y un máximo de 700
jugadores activos en Steam.
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Modernidad a todo gas. |
Una vez más, el juego tuvo como mandato principal de diseño el incluir todos los puntos de los que hablan Kim Belair y compañía, todos esos rasgos superficiales de aspectos progresistas e “incluyentes” que tanto quiere ver la incomprensiblemente vasta audiencia moderna, al punto en que invirtieron el valor de una película taquillera con la certeza de atraerlos a todos y convertirse en la redefinición de “éxito comercial”. Al final, Firewalk Studios fue cerrado, ¿y donde estaba la audiencia moderna?
Quiero que sepan que no estoy
invocando esos aspectos superficiales de esos proyectos para gastármela de
chistoso sarcástico de turno, esos son los parámetros que la misma Kim Belair
considera como indispensables para poder conseguir la atención de la audiencia
moderna, he estado midiendo estos proyectos con la regla que ella misma diseñó
específicamente para medir su éxito, y sin embargo éste nunca aparece. Con sus
propios parámetros es imposible encontrar a la dichosa audiencia moderna.
Aquí solo hablo de estos tres
proyectos porque vendrían siendo las “catedrales”, aquellos que mejor
simbolizan sus supuestos deseos e intereses, los puntos focales más importantes
donde debieron cimentar su existencia, y ni uno solo de ellos dio un centavo de
su interés, si es que existe. Si con estos proyectos, sus mayores exponentes,
no existen, entonces lleven esta misma regla y midan otros proyectos similares,
van a notar que esta mítica audiencia simplemente se rehúsa a aparecer.
De ellos, para ellos, ¿y donde están? |
Lo más chistoso es ver la
reacción de quienes profesan su existencia cuando se cancelan sus proyectos: al
ser anunciada oficialmente la cancelación de “The Acolyte”, prácticamente todo
Equis Antes Twitter estaba en un circo de lamentos y un mar de lágrimas, mucha
gente condenando el evento como una “victoria de la intolerancia”, aventando
todo tipo de calumnias contra sus disidentes y concluyendo que los derechoides
hundieron un humilde proyecto para las masas que de nada tenía la culpa.
A mi más bien me queda preguntar:
¿Dónde estaban todos ellos? ¿Por qué andan aquí poniéndole velas al entierro
cuando bien pudieron ponerse a ver la serie? ¿No que ellos siempre han sido más
y los demás disidentes “no son fans”? ¿Por qué nadie está consumiendo estos
medios, pero bien que se presentan a chillar y llorar cuando fracasan? ¿Por qué
nunca pueden hacer aparecer a su súper audiencia moderna si tanto según la
conocen?
Aquí acabo de darme un paseo por
donde, se supone, son los puntos de reunión más importantes de la audiencia
moderna, enormes monumentos a su existencia para su efectiva congregación y
simplemente no apareció ninguno de ellos. No sabemos quiénes son y ni siquiera
a donde los invitan se aparecen, ¿Dónde diablos está la audiencia moderna?
¿POR QUÉ SEGUIR CON ESTO?
Pues bien, me aventé una travesía
y ni siquiera pude quedar hundido en mi obsesión como le pasó al capitán Ahab,
en un escenario épico de trágica caída personal, solo un anticlímax para una búsqueda
igual de inocua e inofensiva. No existe descriptivo definitivo alguno para la
audiencia moderna y no se presentan a sus puntos de reunión; lo más
sorprendente es que segmentos económicos completos siguen buscándola a pesar de
sus inútiles esfuerzos.
Esto no es un punto contencioso,
ni se trata de una posición controvertida, aquí he demostrado que ni con todo
el conocimiento de internet es posible darles forma, y que ni siquiera con los parámetros
tejidos por la misma izquierda progresista que tanto aboga por ellos es que
podemos hacerlos aparecer; esto no es cuestión de debate, la audiencia moderna
no existe, es una sirena, su canto es la invitación al fracaso, esa gente nunca
va a aparecer porque no es real.
Lo peor y más desconcertante de
todo es que, nuevamente, esto no es cosa de un par de proyectos o un
experimento sencillo para probar las aguas que empezó hace poco, segmentos socioeconómicos
completos con todo su capital y su infraestructura han estado persiguiendo esa
sirena por años, es un deservicio total y solo se causan más estragos en su
infructuosa empresa por hacer aparecer cuánticamente a una clientela que solo
vive en sus delirios y alucinaciones.
Ya llevan toda esa perdida y creen que pueden quemar 200 millones mas. |
Desgraciadamente, ahí es donde me
quedo meramente con las especulaciones, como dije hace algunas entradas, mi única
teoría es que esto fue resultado de incentivos materiales masajeando la condición
humana, perpetuando una corrupta incompetencia que se aprovechó de esos
intereses y les fueron robando dinero en el proceso. Personalmente puedo
entender que eso funcione unas cuantas veces, ¿pero tantas veces y a lo largo
de años? Esa es la parte que no puedo conciliar, debe haber algo más de fondo,
y no creo que la arrogancia sea suficiente para explicarlo, algo más tuvo que
clavarse durísimo en la mente de la gente con dinero para creer que repetir
otro proyecto millonario para la audiencia moderna tendría resultados
diferentes.
Para aventarme la osadía de intentar
explicarlo, mi suposición más verosímil es que el ambiente bizarro del 2020,
con todos sus eventos sociopolíticos turbulentos y enloquecedores, terminaron
creando una presión de manada lo suficientemente fuerte para convencer a
instituciones sociales completas de trabajar de una forma particular, una con
un lente enteramente enfocado a ideas fanáticamente progresistas.
No pensarás en contradecir al IngSoc, ¿verdad? |
Ya para terminar, no me queda más
que estar en completo acuerdo con el usuario Despot of Antrim respecto a la
tragedia que es el dinero que se pierde en estos proyectos, no nada más por la porquería
que se está produciendo, sino por lo que no se está produciendo.
Su video sobre los problemas
del DEI, Despot of Antrim hace una sumatoria de los presupuestos de varios proyectos
fallidos derivados justamente de la inservible búsqueda de la audiencia
moderna, y a lo largo de todos ellos llego a la suma total de más de dos mil
millones de dólares. Solo intenten dimensionar esa cantidad, tomen un millón de
dólares y multiplíquenlo dos mil veces, todo ese dinero quemado en comprobados
fracasos, ¿y para qué? ¿Qué beneficio salió de todo eso?
En su lugar, todos esos proyectos modestos de menor escala pero hechos con legitima sinceridad, trabajo duro y talento de verdad se quedaron ahí, o simplemente ni siquiera salieron de la propuesta, todo por tener cabezas cuyo único encanto (aparte de estar estafando a los accionistas) es el del canto enloquecedor de una audiencia que ni siquiera existe, absolutamente lamentable.
Concluyo diciendo, entonces, que
esto no es un tema de debate, está comprobado, la audiencia moderna no existe y
perseguirla no es diferente de agarrar todo un presupuesto y quemarlo en una
hoguera, aquí hago un llamado al retorno del sentido común y una invitación a
la audiencia real: si algo en el fondo te está dando mala espina y tu cerebro
empieza a detectar un patrón, muy seguramente está dentro de tus mejores interés
prestar atención a esa sensación. Tenemos sentido común por algo, empecemos a
hacerle caso.
Bueno, otro mar de palabras para
que lo consideren, ¿Qué opinan ustedes? ¿Pueden encontrar a la audiencia
moderna? ¿De pura casualidad la conocen? ¿Alguien de ustedes es capaz de
desmentirme? Lo que piensen al respecto lo pueden dejar en la caja de abajo, yo
me despido y los veo en la siguiente ocasión.
Fuerza y sentido para todos.
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