"y se marchó..." |
Tengo una tradición personal en la que anualmente (o al menos eso procuro) revisito los juegos de la saga insignia de Valve, Half-Life, y siempre es un placer estar repasando los eventos y los vaivenes del científico más desafortunado en la historia de los videojuegos. En mis días de estudiante me pareció divertido ver un juego de disparos con un ambiente distinto a sus contemporáneos, pero a través de los años siempre le termino guardando un aprecio más profundo no nada más a sus mecánicas y su diseño, sino a la narrativa y al componente audiovisual. De verdad que los renders del motor Source parecen nunca envejecer, y mucha ayuda le da la vida que le infunden los personajes a los juegos.